El profesional
sanitario no puede quedarse estancado y no reinventarse con el paso del tiempo,
por lo tanto tiene que crear y utilizar las herramientas digitales. El hecho de
que se trate de una nueva comunicación bidireccional lo convierte en
conversación que permite al sanitario ofrecer información directa a los
pacientes o responder a sus demandas de información, mejorando la adherencia
terapéutica. Le permite también disminuir la desgastadora burocracia al evitar
citas innecesarias que pueden realizarse a través de la web pues son puramente
administrativas.
Por lo tanto
mayor realización, mayor excelencia y más eficiente (porque evita el uso de
recursos sanitarios en términos de personal y logístico).
‘Es difícil oír hablar de
prácticas avanzadas y no pensar en que algunas enfermeras aún tienen que
rellenar las constantes en una gráfica en papel y con un bolígrafo de 4
colores’.
Esta frase
tomada del blog La Comisión gestora muestra cómo el sanitario del siglo XXI,
al menos el profesional de la Sanidad Pública, no posee el material informático
necesario para desburocratizar, o al menos suprimir el papeleo de la consulta.
Aparte del
material desactualizado y desgastado cobra mayor importancia la instrucción en
el uso y fomento de las nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación
entre los profesionales sanitarios. De nada sirve un material que no se
utiliza.
También el
e-sanitario puede valerse de estas nuevas tecnologías para mejorar la formación
de residentes. Aparece por tanto la figura del e-tutor, que mediante una comunicación
online entre tutor y tutorando permite el intercambio de información y el
trabajo conjunto. Uno de los conceptos que aporta mayor valor a esta figura es la longitunalidad en
la tutorización, estableciendo una relación formativa duradera a través de
herramientas online que ayuden a motivar, evaluar y fomentar el pensamiento
crítico del médico joven y del tutor senior.
BIBLIOGRAFÍA:
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