Durante el Mapeo de Activos tuvimos la
ocasión de reunirnos con las profesionales de la Dirección
Provincial Sanidad de Ciudad Real. El proyecto de Mi Comunidad de la
G.A.I.C.R, que pretende fomentar la Salud Comunitaria, incluye una
rotación por este servicio para la recogida de datos demográficos y
epidemiológicos, así como para la formación de los residentes en
el ámbito de la Salud Pública.
En esta reunión informal presentamos
nuestro proyecto de mapeo de activos en Ciudad Real, y compartimos
impresiones acerca del actual estado de la Salud Pública.
Especialmente en lo que atañe a la promoción de la salud intentamos
descubrir por qué iniciativas de atención comunitaria como el
Consejo de Salud que se venía desarrollando en los centros de salud
dejaron de realizarse. Este punto de encuentro posibilitaba la
creación de un canal de comunicación entre los agentes locales de
la comunidad mediante reuniones periódicas mantenidas en el centro
de salud. Otra de las cosas que se ha debilitado es el numero de
visitas domiciliarias por parte de los profesionales, lo que impide
un acercamiento real a la comunidad, sesgado por la diferencia entre
las personas que pueden acudir al centro de salud y las que no.
Además de el aumento de la demanda y
el burnout de los profesionales otros factores pueden haber influido
en esa pérdida de fuerza de la salud comunitaria (si es que en algún
momento estuvo fuerte). Señalamos cómo el cambio demográfico
(aumento de las personas mayores, disminución de nacimientos) y
epidemiológico (aumento de la mortalidad por enfermedades no
transmisibles y enfermedades crónicas derivadas de los hábitos de
vida como la obesidad, el sedentarismo, el tabaquismo...) no se ha
correspondido en un cambio en el abordaje de la atención
sociosanitaria, centrada actualmente casi en exclusiva en la atención
hospitalaria y en la curación más que en la prevención de
enfermedades y promoción de la salud.
Viendo el gráfico de la pirámide
poblacional y observando los datos de nacimiento y defunciones junto
con el aumento de patologías crónicas excesivamente medicalizadas
nos invade el sentimiento de que de seguir así el sistema sanitario
puede acabar de manera catastrófica, disminuyendo la calidad
asistencial que ahora mismo se mantiene en parte a costa de
sobrecargar a los profesionales, en ocasiones ya cansados tras una
larga carrera. Un sistema de salud centrado en tratar la enfermedad
más que en prevenirla, con recursos cada vez más insuficientes y
con falta de previsión y anticipación necesita de un cambio de
perspectiva para adaptarse a las nuevas necesidades. Este cambio de
enfoque pasa por dar mayor importancia a los hábitos de vida,
señalar problemas como la soledad, el soporte social, la
concienciación y toma de responsabilidad de población y
profesionales, el fortalecimiento de habilidades como la
autoeficacia, el trabajo en equipo, el sentimiento de pertenencia y
el liderazgo. No tenemos soluciones milagrosas, puede que nadie las
tenga, pero creemos que motivar para el cambio es algo que podemos ir
haciendo, o al menos intentarlo.