lunes, 16 de enero de 2017

Obesidad como objetivo en las politicas de Salud Pública: comentario del artículo

OBESITY-THE NEW FRONTIER OF PUBLIC HEALTH LAW.

Michelle M. Mello, J.D., Ph.D., David M. Studdert, LL.B., Sc.D., M.P.H., and Troyen A. Brennan, M.D., J.D., M.P.H.


INDICE:

1. OBESIDAD: 
 
             Concepto.
             Situaciones desencadenantes. Estrategias prevención.
             Consecuencias.

2. DIETA MEDITERRANEA.

3. LEGISLACION: Legislación en EE.UU y España



1. OBESIDAD
CONCEPTO DE OBESIDAD
La capacidad de almacenar energía alimenticia en forma de grasa adquiere un valor de supervivencia cuando el aporte de alimentos es esporádico o bajo. A diferencia del glicógeno o de las proteínas los triglicéridos no requieren agua o electrolitos para ser almacenados y pueden permanecer retenidos prácticamente como grasa pura. Un gramo de tejido adiposo proporciona casi el equivalente teórico completo de 38 Kj (9 Kcal). Gracias a este eficaz sistema de almacenamiento de energía en el sistema adiposo, una persona de peso normal puede sobrevivir hasta 2 meses de inanición total. Sin embargo, la sociedad occidental no se caracteriza por un aporte periódico o insuficiente de alimentos, sino más bien lo contrario. En consecuencia, la capacidad de almacenar grasa frecuentemente tiene un valor negativo para la supervivencia, debido al consumo excesivo y a la consiguiente obesidad.
Según la SEEDO (Sociedad Española para el Estudio De la Obesidad), la obesidad es una enfermedad crónica que se caracteriza por un aumento de la masa grasa y en consecuencia por un aumento de peso. Existe, pues, un aumento de las reservas energéticas del organismo en forma de grasa. El término crónico se le aplica debido a que forma parte del grupo de enfermedades que no podemos curar con el arsenal terapéutico del que se dispone en la actualidad.
No hay que confundir peso excesivo con obesidad, ya que por ejemplo un culturista tiene un peso elevado pero a expensas de la masa muscular; la insuficiencia cardiaca puede producir una retención de agua y también producir un aumento de peso, y lo mismo puede ocurrir con la insuficiencia hepática y renal.
Desde un punto de vista antropométrico, que es el habitualmente utilizado en clínica, se considera obesa a una persona con un Índice de Masa Corporal (IMC) igual o superior a 30 kg por metro cuadrado1. En la actualidad el empleo de la impedanciometría multifrecuencia tiene un interés complementario a la valoración antropométrica para la estimación de la composición corporal y grado de adiposidad. En función del porcentaje graso corporal, se define como sujetos obesos aquellos que presentan porcentajes por encima del 25% en los hombres y del 33% en las mujeres. Los valores comprendidos entre 21 y 25% en los hombres y entre 31 y 33% en las mujeres se consideran límites. Los valores normales son del orden del 12 al 20% en varones y del 20 al 30% en las mujeres.
Según los criterios epidemiológicos, deben ser tratados los adultos cuyo índice de masa corporal (IMC) >= a 25 kg/m2, si además presentan factores de riesgo peso-dependientes. La evaluación del riesgo, para etnias caucásicas (IMC) y el perímetro de la cintura se expone en la tabla 1:
Existen otras técnicas más precisas para medir la grasa corporal, pero su coste y complejidad limitan su utilización generalizada.
La obesidad se clasifica en tres grupos: la etiológica, la dependiente del IMC y la debida a la disposición topográfica de la acumulación de grasa3. En la clasificación etiológica, destaca por su frecuencia (90% de la población española) la obesidad esencial debida a una alteración de la regulación del ajuste de peso, o bien a una alteración del ponderostato; se incluyen también en este grupo las obesidades de origen endocrinológico, hipotalámico, genético y las ocasionadas por fármacos.
SITUACIONES DESENCADENANTES DE LA OBESIDAD:
Aparte de los factores ambientales desencadenantes y la predisposición genética, existen algunas situaciones especiales que deben ser cuidadosamente valoradas por el clínico, ya que pueden favorecer o desencadenar la acumulación adiposa. Estas situaciones son:
  • Embarazo: durante la gestación se producen una serie de cambios hormonales y psíquicos que en ocasiones se acompañan de un aumento de la ingesta. El resultado final puede ser un excesivo aumento de peso, con un cambio en los hábitos alimentarios. Hay que recordar que durante el embarazo las necesidades energéticas aumentan entre 250 y 300 kcal/día.
  • Lactancia: con la llegada de un hijo suele aumentar el estado de ansiedad de la madre, y éste hace que muchas veces aumente la ingesta. Si a esto se añade el reposo preceptivo después del parto, el resultado puede ser un aumento de peso. Durante la lactancia las necesidades aumentan aproximadamente en 500 kcal.
  • Menarquia: durante esta etapa se producen importantes cambios hormonales, con un desarrollo físico y psíquico más acelerado que en etapas anteriores. Son frecuentes en esta etapa de la vida los cambios en el peso, aunque se desconoce su mecanismo.
  • Supresión de la actividad física: paralelamente a la disminución del ejercicio se produce un descenso de las necesidades energéticas, que muchas veces no se acompaña de una disminución en la ingesta, lo que da como resultado un aumento progresivo de peso. Este efecto es más acentuado en los deportistas de elite o en aquellos que dedican varias horas al día a la práctica de ejercicio físico.
    La vida sedentaria, propia del mundo occidental, es, en parte, responsable del incremento de la prevalencia de obesidad. La serie de ventajas que representan el “progreso”, como ascensores, automóviles, mandos a distancia, etc., conllevan un ahorro de energía importante que puede derivar en un aumento de peso.
  • Abandono del tabaquismo: al dejar de fumar puede producirse un aumento de peso que suele oscilar entre 3 y 10 kg. El tabaco, en concreto la nicotina, tiene poder anorexígeno (disminuye la sensación de hambre) y estimula la secreción de adrenalina. Estos dos mecanismos ayudan a regular el peso, a través de una reducción de la ingesta. Al dejar de fumar, además, se produce un estado de ansiedad, causado por la privación de la nicotina y por el cambio de hábito, que muchas personas intentan aliviar comiendo más, sobre todo alimentos ricos en hidratos de carbono.
  • Postoperatorio: en líneas generales, después de una intervención quirúrgica se produce una etapa de reposo y esto, unido al aumento de los glucocorticoides, puede dar como resultado en algunos pacientes un aumento de peso.
    Existen, además, una serie de factores sociales que se relacionan con la obesidad. Diversos estudios demuestran que la prevalencia de obesidad es más elevada en personas de nivel socioeconómico bajo que en las de nivel alto. Probablemente intervienen varios factores como tipo de alimentación, actividad física, nivel cultural...
ESTRATEGIAS DE PREVENCION:
Los recursos utilizados para la prevención son similares a los aplicados al tratamiento de la obesidad, no reconociéndose una clara diferenciación entre ellos. En el primer caso, se reservaba a las autoridades de la salud mientras que en el segundo, quedaba en manos del clínico. Las fases del tratamiento de la obesidad incluyen la prevención de la ganancia de peso, su mantenimiento, el manejo del peso y las co-morbilidades y la pérdida de peso7.
Las bases de la prevención son la enseñanza y práctica de un estilo de vida más saludable con modificación de la oferta alimentaria e incorporación de trabajo físico al cotidiano.
Modificar la disponibilidad de alimentos de riesgo para el desarrollo de obesidad, necesita de medidas gubernamentales que promuevan campañas informativas, educativas, gravámenes a alimentos obesogénicos, etc., mientras que crear las condiciones para una vida más activa, que no represente una carga ni un tratamiento, necesita de legislaciones y apoyo de autoridades.

CONSECUENCIAS de la ENFERMEDAD
“La elevada cantidad de grasa corporal total, los depósitos de grasa central incrementados que constituyen la grasa visceral y la ganancia excesiva de peso, se asocian todos ellos con riesgo aumentado de muerte.”(Forga y col, 2002:117)
Además, la obesidad lleva asociada una serie de trastornos y alteraciones:
Alteraciones metabólicas
  • Anomalías lipídicas: consistentes en un aumento del colesterol total y de los triglicéridos.
  • Insulin-resistencia y diabetes Mellitus: “Esta diabetes se suele presentar en obesos como consecuencia del agotamiento de su capacidad de liberar insulina en cantidades cada vez mayores, una consecuencia de la resistencia a la insulina que desarrollan estas personas” (Alemany, 1992: 232) El aumento de peso, aumenta los niveles requeridos de insulina, y la posibilidad de insulinorresistencia, que derivará en diabetes. A nivel celular, hay una disminución de GLUT-4 en tejido adiposo y de glucokinasa hepática.
Alteraciones respiratorias
La respiración del obeso es más difícil debido a la dificultad de mover el diafragma en el abdomen y a la resistencia de la caja torácica a dilatarse, puesto que la capa de grasa subcutánea que la recubre se lo impide, disminuyendo la capacidad pulmonar. Este hecho se ve incrementado cuando el individuo se encuentra en posición de supino.
  • Apnea del sueño: Está comprobado que “La obesidad constituye el principal factor de riesgo para el desarrollo del síndrome de apnea obstructiva durante el sueño” (de Lucas y col., 2004)Este síndrome está debido a infiltraciones de grasa que se producen en la submucosa de la vía respiratoria, lo que hace que disminuya su calibre y su tono muscular, favoreciendo el colapso.
  • Síndrome de Pickwick: se desarrolla como consecuencia de la confluencia de hipoventilación e hipoxemia. Consiste en una retención de dióxido de carbono.
Alteraciones cardiovasculares
Los factores de riesgo para las enfermedades cardiovasculares incluyen el cociente cintura/cadera elevado, diabetes mellitus y una circunferencia abdominal mayor de lo normal, todo ello directamente relacionado con la obesidad.
  • Cardiopatía isquémica (con angina e infarto de miocardio): La obesidad impone una alta demanda al corazón para aportar sangre a todos los órganos, lo que unido a la alta prevalencia de aterosclerosis (del griego Sklerós, piedra o duro) hace que los pacientes con obesidad sufren un elevado riesgo de infarto.
  • Hipertensión arterial: Según Lluís Forga, “El hiperinsulinismo puede causar hipertensión arterial a través de un doble mecanismo: estimulación del sistema nervioso simpático y retención de sodio a nivel renal”
  • Miocardiopatía: una larga duración de la obesidad provoca infiltración de grasa en el músculo cardiaco e irregularidades en el funcionamiento ventricular.
Alteraciones endocrinas
Alteraciones dermatológicas
Tales como estrías, o menor inmunidad al ataque de microorganismos, debido a que la excesiva sudoración producida para eliminar una mayor cantidad de calor en una superficie epidérmica no proporcional, aumenta la vulnerabilidad

Alteraciones tumorales
Los pacientes obesos tienen aumentado el riesgo de ciertos tumores, como es el caso de carcinomas de vesícula y vías biliares, mama, ovario, cérvix y endometrio en mujeres, recto y próstata en hombres o riñón y colon en ambos sexos.
Alteraciones gineco-obstétricas
Son comunes menstruaciones irregulares y ciclos anovulatorios. La fertilidad puede estar reducida. Además, en el caso de preadolescentes obesas, la menstruación puede no presentarse, o hacerlo y estar seguida de amenorrea, que puede durar varios años.
Alteraciones digestivas
  • Reflujo gastroesofágico.
  • Esteatosis y estetohepatitis no alcohólica: es decir, “infiltración o degeneración adiposa en los elementos anatómicos” (AA.VV, 2005:456). La grasa se acumula en el citoplasma de los hepatocitos, formando vesículas de triglicéridos. En ocasiones, esto se acompaña por inflamación de los lóbulos hepáticos.
  • Colealitiasis: el exceso de colesterol en la bilis produce cálculos biliares
Otras alteraciones
La obesidad aumenta el riesgo tras las operaciones, por la vulnerabilidad a infecciones y la abundancia de problemas pulmonares. Además, la obesidad “se asocia a cambios fisiológicos que modifican la distribución, metabolismo y excrección renal de fármacos” (Forga y col, 2002:124) No podemos olvidar que un exceso de peso limita la calidad de vida, lo que también puede provocar depresiones, ansiedad y descenso del autoestima.


2.CAUSAS ALIMENTICIAS
Una de las causas de la acumulación excesiva de grasa está estrechamente relacionada con la alimentación y es el desequilibrio del balance energético.
La energía contenida en los alimentos se utiliza para mantener el equilibrio basal (es decir, el correcto funcionamiento de órganos y sistemas) o como “carburante” para actividades adicionales
Puede producirse un desequilibrio entre la energía ingerida y la consumida que puede ser:
  • Negativo: se consume más energía que la que se ingiere. Así, se consumirían las reservas corporales y una vez terminadas, el individuo comenzaría a perder peso.
  • Positivo: la energía ingerida en los alimentos es mayor que la consumida, por lo que el individuo acumularía el excedente de energía en forma de acúmulos de grasa.
Además, se sabe que la dieta mediterránea es un modelo de alimentación saludable, ya que contiene un bajo porcentaje de grasas y proteínas de origen animal, con un predominio de ácido oleico (abundante en el aceite de oliva) y lípidos poliinsaturados (contenidos en los pescados), alta en hidratos de carbono complejos, fibras y sustancias antioxidantes.
De todos modos, en España, y en el resto de países mediterráneos, se ha modificado esta dieta tradicional, según un estudio realizado en Gavà, “Hay un déficit en la ingesta de hidratos de carbono y un consumo inferior al ideal de frutas, verduras y hortalizas, más acusado en jóvenes. El consumo de lácteos es inferior al aconsejado. La ingesta de legumbres, pescado y carne blanca se aproxima a los niveles correctos” (Fernández-Vergel y col. 2006: 148) También se ha incrementado el consumo de productos precocinados y comida de los llamados establecimientos de “comida rápida”. Veamos algunos de los puntos por los que no es saludable:
Alto contenido en grasas saturadas y de cadena larga: como por ejemplo, ácido palmítico, que aumentan el LDL, disminuyendo el cociente HDL/LDL.
Grasas Trans: producidas tras la deshidrogenación y posterior hidrogenación de ciertas grasas para su mejor conservación, también aumentan el LDL.
Glutamato monosódico: Este aditivo es la sal sódica del ácido glutámico. Se utiliza como potenciador del sabor. Su contenido en sodio puede aumentar la tensión y su acción como potenciador provocar ansiedad.
Azúcares: además de aumentar el contenido calórico total de la dieta, pueden provocar diabetes si se consumen en exceso.

3.LEGISLACIÓN
Estados Unidos ha sido el pionero en hablar de la evidente falta de legislación en torno a la obesidad, debido a los alarmantes niveles de ésta que muestran las estadísticas y el peligro que supone para la salud pública, lo que también provoca importantes costes económicos. Ya que el gobierno tiene derecho a regular el comportamiento privado para promover la salud, se han tomado medidas importantes (pese a la oposición de algunos sectores que lo consideran una intervención paternalista por parte del Estado, y también de compañías de comida rápida, dulces y refrescos).
Estas medidas se han centrado especialmente en los niños, prohibiendo la venta de refrescos en los colegios, mejorando las comidas preparadas por el Nacional School Lunch Program y ampliando la oferta de clases de educación física. Además, la demostración de la evidente influencia de la publicidad en los hábitos de vida y la vulnerabilidad de los niños ante ella, que no perciben el efecto persuasivo de los anuncios ha llevado a un mayor control de la publicidad y a la “educación” del público contra la obesidad mediante libros y películas (a lo que también han ayudado los juicios contra McDonalds que atraen la atención sobre los daños que pueden producir malos hábitos de vida).
Se han creado lugares al aire libre que resulten atractivos para hacer deporte.
La comida basura no se considerará comida a la hora de pagar impuestos, por lo que éstos serán más altos y las empresas fabricantes de alimentos están obligadas a una explicación pormenorizada de los contenidos nutricionales de sus productos (lo que, por otra parte, ha pasado en casi todo el mundo).
En España, según un estudio del Gabinete de Estudios Sociológicos Bernard Krief algo más de dos millones de personas, entre 35 y 60 años, padecen obesidad, y el número de niños y adolescentes obesos crece de forma preocupante.
Los primeros pasos firmes, a nivel legislativo se dieron en el año 2002, cuando fue aprobada en el Senado la moción presentada por el senador por Tenerife, Juan Antonio García-Talavera, por la que solicitaba al Gobierno que estudiase el tema de la obesidad, a fin de adoptar todas aquellas medidas que fueran necesarias para su prevención y tratamiento, al considerar que se trataba del principal problema nutricional.
Se creó, por parte de AESA (Asociación Española de Seguridad Alimentaria, promovida por el Ministerio de Sanidad y Consumo) la Estrategia NAOS, que centra su actividad en la promoción de hábitos de vida saludables, entre cuyas acciones está el acuerdo firmado con las cadenas españolas de restauración moderna.
De todas formas, no podemos olvidar la dificultad que supone tratar de cambiar hábitos firmemente instaurados, pero es urgente hacerlo para evitar que la previsión de la OMS, que predecía que en 2030, el 50% de la población europea será obesa, se cumpla.
Bibliografía:

AA.VV (2005) Diccionario terminológico de ciencias médicas. 13ª Edición, Barcelona, Masson

ALEMANY, M. (1992). Obesidad y nutrición. 1ª Edición. Madrid. Alianza Editorial.


BARBANY M., FOZ M. (2002) Obesidad: concepto, clasificación y diagnóstico, En: Anales del Sistema de Sanitario de Navarra, vol 23 suplemento 1, Pamplona, Departamento de Salud del Gobierno de Navarra (ed).

BRAUNWALD E. (2005): Harrison: manual de medicina interna, México, Mcgraw-Hill/Interamericana de México.

FERNÁNDEZ-VERGEL, R., PEÑARRUBIA MT., RISPAU-FALGÀS A., ESPÍN-MARTÍNEZ A. y GONZALO L (2006) ¿Seguimos realmente una dieta mediterránea? Aten. Primaria 37 (03): (148-153)

FORGA, L., PETRIA, E.& BARBERÍA, J.J. (2002). Complicaciones de la obesidad. ANALES Sis San Navarra. 25(1): (117-126)

De LUCAS, P., RODRÍGUEZ, J. & RUBIO, Y. (2004) Obesity and lung function. Arch. Bronconeumol. 40 (5): (27-31)


MONTERO J.C., CUNEO A., FACHINI M., BRESSAN J.. (2002): Tratamiento integral de la obesidad y su prevención, En: Anales del Sistema de Sanitario de Navarra, vol 25 suplemento 1, Pamplona, Departamento de Salud del Gobierno de Navarra (ed).

BARBANY M., FOZ M. (2002) Obesidad: concepto, clasificación y diagnóstico, En: Anales del Sistema de Sanitario de Navarra, vol 23 suplemento 1, Pamplona, Departamento de Salud del Gobierno de Navarra (ed).

BRAUNWALD E. (2005): Harrison: manual de medicina interna, México, Mcgraw-Hill/Interamericana de México.

MONTERO JC. (1997): Obesidad del Adulto, En: Anales del Sistema de Sanitario de Navarra, Pamplona, Departamento de Salud del Gobierno de Navarra (ed).




OBESITY-THE NEW FRONTIER OF PUBLIC HEALTH LAW.

Michelle M. Mello, J.D., Ph.D., David M. Studdert, LL.B., Sc.D., M.P.H., and Troyen A. Brennan, M.D., J.D., M.P.H.






Comentario por: Jessica Abadía Otero
Fernando Abadín López

jueves, 12 de enero de 2017

Comentario Literario: EL CEREBRO SE CAMBIA A SÍ MISMO


En este libro escrito por el psquiatra Norman Doidge se muestra este órgano tan humano desde una perspectiva biologicista. Trata los temas neurológicos, entremezclando pinceladas teóricas con la exposición de casos de pacientes concretos, lo cual hace realmente amena la lectura.
Mecanismos típicamente humanos como las emociones y los gustos, tienen una base biológica que cada vez es más conocida. El futuro es prometedor, pero la investigación es lenta. El desarrollo de la ciencia y la tecnología no ha parado de crecer de manera exponencial en los últimos siglos, es de esperar que la naturaleza siga mutando y evolucione la especie humana. De cómo utilicemos este conocimiento y la potencialidad de hacer daño que  este conlleva, solo nosotros seremos responsables.

¿Algún día podremos intervenir farmacológicamente en las estructuras y neuronas que conforman esa base biológica de una manera efectiva?

¿Entonces podremos jugar a ser Dios y controlar las emociones de las personas?
 



Norman Doidge es un psiquiatra, psicoanalista e investigador que se interesa en este libro por un tema en plena investigación, en el que se están produciendo avances esperanzadores. Se trata de la neuroplasticidad, campo muy reciente en la neurociencia, dado que hasta su aparición imperaba la teoría del cerebro pasivo inmutable. Doidge lanza la idea de que el cerebro es capaz de cambiar su estructura y su función a través de la actividad y el pensamiento, lo cual trae profundas consecuencias.

En el primer capítulo Doidge nos presenta al investigador Bach-y-Rita, un neurocientífico que basándose en la neuroplasticidad ha ideado aparatos de sustitución sensorial. Nos habla, por ejemplo de una máquina con electrodos que sustituye al sistema vestibular, así como otros artilugios, como una maquina de visión aplicable en ciegos de nacimiento. También nos cuenta la historia de estos pacientes en concreto, que nos muestra cómo pueden afectar estos descubrimientos a la vida de los enfermos. Combate la idea del localicionismo: ‘’una función, una localización’’, defendidas intensamente en neurociencia tras los descubrimientos de Broca y Wernicke. Bach-y-Rita es de los científicos que piensa que una zona concreta del cerebro no tiene por qué estar limitada a una función específica, sino que puede cubrir otras funciones en caso de necesidad.

Otro de los casos que nos presenta Dodge es el de Bárbara Arrowsmith Young. Sin lugar a dudas es un ejemplo de superación, además de haber ayudado al desarrollo de grandes ideas en el campo de la neuroplasticidad. Se trata de una persona que sufría un déficit de aprendizaje. Sin embargo esto no frenó su carrera profesional ni afectó a su vida personal, ya que se superó a sí misma e ideó una serie de ejercicios cerebrales para potenciar las áreas de su cerebro que estaban afectadas por su retraso. Se trataba de las zonas encargadas del procesamiento del sonido y el lenguaje, las relaciones espaciales y la integración de los sentidos, esto es la corteza premotora izquierda. Bárbara se interesó por la neurología del lenguaje y leyó algunos autores del como Aleksander Luria. Se dio cuenta de que las dificultades del lenguaje eran versiones pormenorizadas de los déficits mentales descritos por Luria, y que el entrenamiento del cerebro ayudaba a poder hablar de manera comprensible y fluida, leer y escribir. Así pues Bárbara.

Doidge nos habla también acerca de Michael Merzenich, un brillante investigador que comprobó que los mapas del cerebro son de orden temporal y que sus límites y funcionamiento pueden manipularse jugando con el ritmo-temporización de la información que se les envía. Se apoya en la idea de que las neuronas que emiten señales al mismo tiempo se asocian hasta formar un solo circuito. Esto le llevó a idear un programa llamado FastForWord, dirigido a mejorar los procesos mentales de niños con problemas de aprendizaje. El programa intenta potenciar el componente visual y temporal del aprendizaje consiguiendo mejoras en todas las áreas. Para Merzenich, los mapas cerebrales son dinámicos. Nos habla también aquí de que el cerebro pasa por un periodo crítico en el que es más fácil el aprendizaje, y que en los adultos por haber pasado ya este periodo es más difícil aprender nuevas cosas (como idiomas por ejemplo). Los sistemas sensoriales precisan de un entorno que les estimule en el periodo crítico para que se puedan desarrollar plenamente, además existen factores de crecimiento neuronal que ayudan a la creación de estas estructuras cerebrales. El programa FastForWord se ha revelado como un efectivo’’tratamiento’’ para niños con problemas de aprendizaje.

Acerca de las bases biológicas cerebrales de la adquisición de gustos y preferencias sexuales. Según el autor existe una cierta plasticidad sexual. La conducta sexual no es tan biológica y variable como siempre se ha pensado, sino que se ve influido por la psicología, las experiencias pasadas y otros factores. Dado que el hipotálamo y la amígdala son los responsables de los instintos y de las emociones, recoge la idea de la existencia de plasticidad en áreas no corticales, ya que según el autor la plasticidad no puede darse de forma aislada. También en el desarrollo sexual se pasa por un periodo crítico, que puede dejar traumas importantes si no sigue un buen camino. También nos habla en este capítulo de la pornografía, en auge en el mundo globalizado, y de cómo supone una adicción para muchos hombres en la actualidad. Ello conlleva dependencia, tolerancia incluso síndrome de abstinencia, como todas las drogas. Además tiene una base neurocientífica e implica cambios neuroplásticos a largo plazo, incluso para toda la vida.

Doidge nos presenta a Edward Taub, un investigador que aunque ha pasado por muchas dificultades por el uso de monos en sus estudios, ha aportado grandes ideas a la neurociencia. Taub desarrolló una terapia de movimiento inducido forzado TMIF basándose en la idea de que cuando un mapa cerebral deja de utilizarse, el cerebro puede reorganizarse de tal manera que otra función pasa a ocupar ese espacio. Sus experimentos combaten las teorías behavioristas que aseguran que la mente y el cerebro quedan fuera del comportamiento. Están enfocados que pacientes que han sufrido derrames cerebrales que hayan dañado su cerebro puedan reaprender las destrezas perdidas gracias a la práctica masiva movimientos y acciones relacionadas con estas destrezas. El objetivo último es producir un modelaje gradual del cerebro de estos pacientes que les ayude a recuperarse de su enfermedad.

En el libro también se trata el TOC o trastorno obsesivo compulsivo. Se da en personas que se quedan atrapadas en sus preocupaciones y son incapaces de librarse de ellas. Estas preocupaciones son ficticias e inevitables para los enfermos. Parece que el núcleo basal de estos esta afectado, y por eso no pueden pasar a otro pensamiento, esto es pasar página cuando se ven metidos en una preocupación. La patología tiene a veces su origen en conflictos sexuales, de culpa o de agresividad vividos a veces en la infancia. Las conductas obsesivas tienen la peculiaridad de que cuanto más se practican más las necesita el paciente, y por el contario cuanto menos las practica, menos las necesita. Por eso el tratamiento, además de los fármacos que correspondan, debe ir enfocado a que el paciente se concentre en una actividad distinta y placentera cuando se dé cuenta de que está sufriendo una crisis de su enfermedad, para así debilitar los ‘’caminos mentales’’ que utilizan estas preocupaciones que asolan a los pacientes.

Doidge nos habla esta vez de Ramachandran, un científico indio que usa la plasticidad para reconfigurar el contenido de nuestras mentes. Para ello estudia e tema de las extremidades fantasma y  cómo los mapas cerebrales de ese miembro se encogen y dejan de funcionar correctamente. Inventa la caja espejo, con la que trata este tipo de patologías. Otra idea que se nos lanza es que el dolor, al igual que la imagen corporal, es creado desde el cerebro y desde ahí proyectado al cuerpo. Es decir, que el cerebro controla las señales dolorosas que sentimos, y varía según psicología, estado de ánimo o experiencias pasadas. Otros temas que se tratan son el del dolor referido o el del umbral del dolor. Gracias a Ramachandran, el nuevo tratamiento contra el dolor usa la imaginación y la ilusión óptica para aliviarlo, configurándose como una técnica no invasiva.

También el tema de la imaginación aparece en el libro. Álvaro Pascual-Leone es un investigador español que utiliza la estimulación magnética transcerebral (TMS) para cartografiar el cerebro y estudiar procesos cognitivos como el aprendizaje. Defiende que solo la práctica constante convierte el aprendizaje en algo sólido, ya que fortalece conexiones neuronales ya existentes y crea otras completamente nuevas. También dice que la práctica mental de cierto movimiento por sí sola (sin ser acompañada de la práctica física) produce cambios en los mapas neuronales relacionados con el sistema motor.
En este capítulo también se vuelve hablar de que las partes individuales del cerebro no están dedicadas particularmente a tareas específicas, sino que funcionan más bien como operadores informáticos que procesan relaciones espaciales, movimientos y formas gracias a la información que les llega de los sistemas sensoriales, independientemente del tipo de información. Esto se relaciona con la idea de darwinismo mental, en el que el operador más capaz de procesar una determinada información será el encargado de procesarla.

Otro personaje del libro es el Premio Nobel Eric Kandel, un investigador que ha hecho descubrimientos importantes en el campo de la neurociencia. Por ejemplo descubre que el paso de la memoria a corto plazo a la memoria a largo plazo conlleva una diferenciación fisicoquímica de las neuronas implicadas. Este capítulo trata sobre el psicoanálisis, esbozando algunas ideas de Freud antes de meterse en materia. Dentro del cual es muy importante los recueros de la memoria explicita y de la memoria implícita. La psicoterapia es como una microcirugía que cambia las redes neuronales, de tal manera que mediante el psicoanálisis se pueden verbalizar experiencias vividas, desenmascarar recuerdos de la memoria explícita enmascarados o retranscribir experiencias de la memoria implícita a la memoria explícita.
También nos habla en este apartado del sueño, y su importancia para consolidar el aprendizaje y su utilidad en el psicoanálisis. Esto es porque durante el sueño, la parte del cerebro que procesa las emociones y los instintos está bastante activa, y por el contario la parte del cerebro que se encarga de inhibirlos, la corteza prefrontal, registra menos actividad. Utilizar los sueños en psicoanálisis nos va a ayudar a desenmascarar recuerdo de la memoria implícita por ejemplo. Según Doidge, las experiencias traumáticas provocan cambios plásticos a gran escala en el hipocampo, haciéndolo encogerse e impidiendo la formación de nuevos recuerdos explícitos a largo plazo. Esto se debe a la acción protectora de las hormonas del estrés, los glucocorticoides, que destruyen el hipocampo.

Doidge nos habla acerca de los recientes descubrimientos sobre las células madre. Nos muestra cómo ratones de laboratorio en determinadas condiciones (en laboratorios de investigación, con medios enriquecidos…) desarrollan una mayor neurogénesis, alargando la vida de las neuronas y aumentando la cantidad de neuronas y las sinapsis entre ellas. También nos cuenta que este proceso se favorece por otros factores, como nuevos entornos o el ejercicio físico. Esto es debido a que cuanto más activas están las neuronas, más se fortalecen, según el principio de ‘’do it or lose it’’, o en castellano ‘’lo que no se usa se atrofia’’. Aplicado a la clínica humana, la neurogénesis aumenta la capacidad mental y puede ser crucial para el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer y otras patologías neurológicas.

Por último se nos presenta a Michelle, una mujer que  nació sin hemisferio izquierdo. Debido a esto Michelle tiene dañada la visión y los otros sistemas sensitivos, resultando ser hipersensible a estímulos intensos. Además carece de pensamiento abstracto, aunque el concreto esta muy desarrollado, lo cual le proporciona una memoria prodigiosa que compensa en parte sus otras carencias. Michelle se ha convertido en un gran ejemplo de la neuroplasticidad. Dado que la plasticidad cerebral le ha permitido a la parte del cerebro desarrollada, el hemisferio derecho, suplir las funciones de la parte especular de ésta, es decir el hemisferio del lado. Parece que mecanismo neuronal que más a contribuido al desarrollo de la función cerebral de Michelle es la apropiación de la región espejo. Esta idea es de un neurocientífico llamado Jordan Grafman, que afirma que existe un sistema compensatorio entres los dos hemisferios cerebrales. 


Fuente:

DOIDGE, Norman. El cerebro que se cambia a sí mismo. 2008.