miércoles, 3 de febrero de 2016

El arte del escaqueo (dedicado a todos los zascandiles)



Dícese de la disposición del ánimo mediocre manifestada de forma indiferente siempre desde fuera de la palestra, del currar lo mínimo indispensable y si es menos mejor, de sobrecargar al prójimo con el trabajo propio, de pasearse uno como si estuviera haciendo algo, de echar balones fuera, de ver los toros desde el burdalero (lo contrario a echar un capote y coger el toro por los cuernos). Dependiendo del oficio también se conoce como el arte de calentar el butacón o el arte de dar batazos. También es el arte del desfalco, del fraude localizado y generalizado.


Se trata de una actitud, una ley de vida que seguir a pies juntillas, como si de una fórmula natural  adaptativa se tratara, como si al tomarla como máxima en nuestra vida obtuviéramos algún beneficio. Beneficio inexistente e inconcluyente, beneplácito de uno mismo y de la sociedad muchas veces, que premia el llevárselo freso, el sacárselo gratis, ser el más listo. 


Seguro que todos podemos identificar a muchos Petetes en nuestro entorno, más difícil es reconocerlo en nosotros mismos. La intuición me dice que se trata de un asunto propio nacional, que forma parte de la marca España, aunque de esto último no estoy tan seguro… en todos sitios se cuecen habas.


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