lunes, 8 de febrero de 2016

Medicina y redes sociales: a propósito de una pregunta ‘controvertida’ MIR 2015



                          


El pasado 6 de Febrero tuvo lugar en España el temido examen MIR, que trata de ordenar a los médicos recién egresados y otros médicos que se presentan a la prueba para la elección de plazas de médico interno residente en los hospitales públicos de Sistema Nacional de Salud.

Como casi todos los años, los recién examinados aseguran que ha sido un examen difícil, raro, con innovaciones como el aumento en el número de fotos  y preguntas extrañas sobre temas poco frecuentes en el histórico de preguntas MIR de otros años.

En este sentido una de las preguntas novedosas, la que abordaba el tema de las redes sociales en la consulta, ha sido la protagonista del debate y controversia.


“Juan, residente de segundo año, atiende en urgencias a Sofia, una muchacha de 15 años que, al parecer, se ha desmayado en la escuela sin llegar a perder la conciencia. La paciente cuenta que estaba pendiente de realizar un examen, lo que le causaba mucha ansiedad. Por el interrogatorio, parece entreverse una situación de cierto acoso por parte de sus compañeros y la posibilidad de que sufra un trastorno alimentario. Las constantes vitales y exploración neurológica son normales. Juan mantiene a Sofia en observación a la espera de que sus padres acudan al servicio echando, periódicamente, una ojeada a cómo se encuentra la paciente. Tras el susto inicial, la paciente parece encontrarse cada vez más animada y es muy simpática. En una ocasión, Juan la encuentra chateando activamente con su móvil. Juan le indica que sería mejor que dejase el móvil y descansase y para tranquilizarla, le cuenta que el también utiliza mucho las redes sociales desde la facultad. Sofia pide perdón por desconocer que tenía que tener el móvil apagado, y tras apagarlo, le pregunta si podrá hacerle una solicitud de amistad en Facebook. ¿Cuál cree que es la mejor respuesta de Juan?”



Las respuestas variaban desde aceptar la solicitud a declinarla en pos a los adecuados límites de la relación asistencial. La pregunta además se encarga de puntualizar la situación emocional de esta chica adolescente, en plena edad del pavo y con trastornos psicológicos…Pensando desde el punto de vista de la paciente no se considera adecuado sobrepasar esos límites de relación médico paciente.



La pregunta tiene miga, encierra muchas cuestiones en cuanto a cuáles son los límites de la relación médico paciente, cómo debemos de entender esta relación, qué papel juega la ‘salud digital’ en la actual situación sanitaria y en la futura…

El profesional de salud cuando está pasando consulta está prestando un servicio a la sociedad en su conjunto y está provisto de diferentes medios (entre ellos la consulta como espacio físico, el ordenador…) que provee el estado para que lleve a cabo esta labor. El medico sustenta una responsabilidad para con sus pacientes que puede verse comprometida si cae en el error de personalizar ese espacio, porque no es ‘su consulta’, es una consulta del Sistema Nacional de Salud que le es cedida para desempeñar una función concreta: velar por la salud mental, física y emocional de la comunidad.



Esta función pudiera sufrir menoscabo si cobra valor la personificación en detrimento del médico, la figura personalista. ¿Por qué patrón debería estar cortado la figura del profesional sanitario entonces? ¿Dónde queda la ‘libertad asistencial’ (comparando con la libertad de catedra de los docentes)? Pues bien, el patrón de actuación del profesional sanitario debe estar regido por una adecuada escala de valores, por saber qué es lo que realmente debe importar en la vida. Aquí es donde entra en juego la ética asistencial, y los principios bioéticos de Beneficencia, No Maleficencia, Justicia y Autonomía.

En la corrección del Ministerio puntualizan que según el código deontológico Artículo 26-3 el ejercicio clínico de la medicina mediante consultas exclusivamente por carta, teléfono, radio, prensa o internet, es contrario a las normas deontológicas. Pues bien, esta afirmación no está reñida con hacer una continuación de la asistencia de forma online ya que se encargan de puntualizar el carácter ‘exclusivo’ de esta asistencia virtual. Por tanto este ejercicio clínico virtual complementario puede aportar grandes beneficios a la asistencia sanitaria. 
El ámbito de las redes sociales y otras herramientas virtuales no debe ser minusvalorado en Salud. También tienen largo recorrido ya las páginas webs de información para pacientes divulgativas que se desarrollan tanto desde organismos públicos como desde entidades privadas. Esta información validada, veraz y orientada al paciente puede ayudarle a comprender su enfermedad y le posibilita como agente activo en el manejo de su condición y en la promoción de estilo de vida saludable (empoderamiento del paciente). 

No confundamos compartir nuestro perfil personal con nuestros pacientes con las inmensas posibilidades que nos brindan las tecnologías de la información. En este sentido lo que debe hacer el medico es enseñar las herramientas adecuadas para obtener información online.






No hay comentarios:

Publicar un comentario